¿Has oído hablar alguna vez del sincericidio? Además de ser una canción de Leiva, también es una actitud importante que debes conocer y detectar.

La sinceridad es un valor que se suele apreciar en las relaciones humanas, ya que implica decir la verdad y ser honesto con uno mismo y con los demás. Sin embargo, ¿es posible pasarse de sincero y convertir esta virtud en un defecto?

En este artículo, desde Neurita, quiero desarrollar el concepto de sincericidio, sus causas, consecuencias y algunas claves para evitarlo. ¿Estás preparada para leer la verdad sobre la sinceridad extrema?

¿Qué es el sincericidio?

El sincericidio se define como una actitud de sinceridad extrema, por la cual la persona expresa su opinión sin ningún tipo de filtro en cualquier situación que se le presente.

Así, ‘escupe’ lo que piensa al resto sin pensar en cómo sus palabras pueden impactar en las emociones ajenas, lo que denota una ausencia de empatía y compasión.

El término sincericidio se deriva del término suicidio, haciendo alusión de forma metafórica a cómo una sinceridad sin límites puede ser el camino para ganarse muchos problemas y conflictos con los demás.

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¿Cuándo te pasas de sincero?

No hay una regla fija para determinar cuándo se pasa uno de sincero, ya que depende del contexto, del tono, de la intención y de la receptividad de cada persona.

Sin embargo, se podría decir que se comete un sincericidio cuando se dice la verdad de forma innecesaria, inoportuna o hiriente, sin tener en cuenta los sentimientos o las circunstancias del otro.

Para arrojar un poco más de luz, te dejo algunos ejemplos de sincericidio:

  • Decirle a alguien que no te gusta su regalo o su comida en su cara.
  • Criticar el aspecto físico, la inteligencia o la personalidad de alguien sin que te lo haya pedido.
  • Revelar un secreto o una información confidencial que te han confiado.
  • Expresar tu desacuerdo o tu desprecio por las creencias, los gustos o las decisiones de alguien.
  • Decirle a alguien que no le quieres o que quieres romper con él o ella sin tacto ni delicadeza.

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¿Cuál es la diferencia entre la verdad y la sinceridad?

La verdad es una cualidad objetiva que se refiere a la correspondencia entre lo que se dice y lo que es. La sinceridad es una cualidad subjetiva que se refiere a la coherencia entre lo que se dice y lo que se siente. No siempre coinciden, ya que hay verdades que no son sinceras y sinceridades que no son verdaderas.

Perfil de las personas sincericidas

Las ‘personas sincericidas‘ (por llamarlas de alguna manera) son aquellas que practican el sincericidio de forma habitual, sin importarles las consecuencias negativas que puedan tener sus palabras para los demás o para sí mismas.

Este tipo de personas suelen ser:

  • Directas, francas y transparentes, que dicen lo que piensan sin rodeos ni tapujos y se enorgullecen de ello.
  • Seguras, confiadas y orgullosas, que creen tener la razón y no admiten que se les contradiga o se les cuestione.
  • Impulsivas, espontáneas y emocionales, que actúan según lo que sienten en cada momento, sin reflexionar ni planificar.
  • Individualistas, egocéntricas y poco empáticas, que anteponen sus intereses y necesidades a los de los demás.
  • Rebeldes, inconformistas y provocadoras, que disfrutan rompiendo las normas y generando polémica.

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¿Cómo evitar el sincericidio?

Ya sabes la teoría, ahora es el momento de la práctica. Para evitar el sincericidio hay que tener en cuenta algunos aspectos:

  • Antes de hablar, piensa si lo que vas a decir es necesario, relevante y constructivo. Si no lo es, mejor cállate o busca otra forma de expresarte.
  • Ten en cuenta el momento y el lugar adecuados para decir lo que está pasando por tu cabeza. No es lo mismo hacerlo en privado que en público, ni cuando la persona está tranquila que cuando está alterada o vulnerable.
  • Adapta tu mensaje al receptor. No todos tienen la misma sensibilidad ni el mismo sentido del humor. Intenta ponerte en su lugar y usar un lenguaje respetuoso y empático.
  • No confundas la sinceridad con la brutalidad. No se trata de herir o humillar al otro, sino de comunicar tu opinión con honestidad y educación. Usa frases como “en mi opinión”, “desde mi punto de vista” o “sin ánimo de ofender” para matizar tu discurso.
  • Reconoce tus propios errores y limitaciones. No seas arrogante ni creas que tienes la razón absoluta. Acepta las críticas y las opiniones diferentes a las tuyas con humildad y apertura.

En resumidas cuentas, la sinceridad extrema puede resultar perjudicial para las relaciones. Decir la verdad sin filtro puede herir los sentimientos de los demás o causarnos problemas innecesarios.

Por ello, es importante aprender a comunicarnos de forma asertiva, respetuosa y empática, teniendo en cuenta el contexto, el tono, la intención y la receptividad de cada persona.

Pero recuerda: la sinceridad es un valor positivo siempre que se use con criterio y sensibilidad.

¿Sientes que en ocasiones cometes el sincericidio? ¿Te causa problemas en tus relaciones? ¿Has intentado modificarlo, pero no lo consigues? 

Te leo en comentarios 👀

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