A lo largo de nuestra vida podemos encontrarnos con personas que cuentan algo que luego resulta no ser cierto. Puede ser una anécdota o algo puntual, pero cuando las mentiras son constantes, es posible que estemos ante la mitomanía, es decir, una persona que miente casi de forma compulsiva.

¿Qué es la Mitomanía o el mentiroso compulsivo?

La mitomanía, mentira patológica o pseudología fantástica son tres de los varios términos aplicados para nombrar el comportamiento de los mentirosos compulsivos o habituales.

Las mentiras van desde historias y hechos que no han ocurrido, hasta simular enfermedades físicas o mentales y llegan hasta tal punto que es capaz de creerse sus propias mentiras. Fue descrita por primera vez en 1891 por Anton Delbrueck en la literatura médica.

¿Por qué hay mitómanos?

La principal causa es la baja autoestima, sobre todo personas que no aceptan cómo son, tienden a crear una realidad paralela, mucho más satisfactoria.

Otras causas pueden ser el estrés o episodios de alta ansiedad. Son personas que carecen de ciertos valores morales, son traidores, desleales, sin ningún rubor ante la mentira.

Se convierte en una persona solitaria, incapaz de afianzar relaciones sociales, más allá de los lazos familiares afectados cercanos. No ser descubierto le produce satisfacción, creando una adicción peligrosa que alimenta su trastorno.

Diferencias entre Mitómano y Mentiroso

Llegados a este punto, es necesario aclarar la diferencia entre un mentiroso y una persona que padece mitomanía. El mentiroso miente con una finalidad, ya sea protegerse o defenderse de algo o alguien, siempre tiene un motivo para no decir la verdad. Sin embargo, la persona con mitomanía miente de forma compulsiva, a veces sin motivación, con mentiras absurdas e inexcusables, creándose situaciones ridículas.

¿Existe un patrón en la mentira compulsiva?

No existe un patrón sobre donde será la primera vez, ni cómo se mantendrá, pero si es cierto que si la persona se encuentra en una ambiente donde dicha conducta es normal, aceptada o justificada, será más fácil que se repita.

Qué hacer ante la mentira compulsiva

Combatir la mitomanía es un ejercicio de paciencia, comenzando por hacer ver a la persona que miente su actitud ante las mentiras y fantasía. Hacerlo consciente de su problemática, pues si el mentiroso compulsivo no es capaz de aceptar su problema, poco se puede hacer.

Es necesario ser firme y serio ante cualquier mentira descubierta. Los familiares o las personas cercanas deben de pedir orientación a un profesional cualificado, para que pueda crear un plan de actuación óptimo para acometer el tratamiento con éxito.

Cómo ayudar a un mentiroso compulsivo – mitómano

El tratamiento de la mitomanía pasa por fortalecer la autoestima, mejorar las habilidades sociales y de resolución de conflictos y lograr que la persona se sienta satisfecha con su realidad y consigo misma, para que no experimente continuamente la necesidad de utilizar la mentira patológica para disfrazar su mundo.

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