En el mundo de hoy, el término narcisista ha llegado a significar poco más que vanidad. Pero el narcisismo es mucho más complejo. De hecho, existe en muchos matices a lo largo de un continuo. Desde el ego extra saludable hasta la grandiosidad patológica.

Una investigación estimó que el 6% de las personas de Estados Unidos sufren un trastorno de personalidad narcisista en toda regla. Pero es probable que muchos otros no cumplan con los estrictos criterios de diagnóstico.

Entonces, ¿cómo descubrir si tu o alguien que conoces es narcisista? Sigue leyendo para descubrir los 10 rasgos narcisistas más comunes. Podrás evaluar cuáles te resultan familiares.

Pero antes, ¿sabes qué es el narcisismo o una persona narcisista?

¿Qué significa ser una persona narcisista?

La personalidad narcisista se caracteriza por un exceso de confianza y sobrestimación de las propias capacidades, subestimando la valía y capacidades de las personas de su entorno. También se da una excesiva necesidad de admiración, por lo que tratan de demostrar su valía constantemente.

Todo esto supone un enorme desgaste de energía y una profunda dependencia emocional hacía los otros, que contrasta con la apariencia arrogante y de autosuficiencia que tratan de mostrar.

En función del grado de narcisismo esta dependencia puede llevar a sentimientos de ira y resentimiento hacia los demás, que se manifiestan en desprecio y demostraciones de poder ante el otro.

Según el DSM IV, la personalidad narcisista atiende al menos a 5 de las siguientes manifestaciones:

  • Sobrestimación de la propia valía.
  • Excesiva necesidad de admiración.
  • Constantes fantasías de éxito y de poder.
  • Sentimientos de ser especial con respecto a los demás.
  • Creencia de derecho adquirido o de que merece un trato especial o se le debe todo.
  • Explota a los demás para conseguir sus fines.
  • Carece de empatía o capacidad de ponerse en el lugar del otro.
  • Sentimientos de envidia hacia los demás o creencia de que es envidiado.
  • Actitud arrogante y prepotente.

Triada Oscura de la Personalidad: Narcisismo, Maquiavelismo y Psicopatía.

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10 señales de la personalidad narcisista

A continuación te dejo 10 de los rasgos más comunes de una persona narcisista. Aprende a detectar cuándo el egocentrismo y la manipulación son fruto de una personalidad patológica.

Si descubres que compartes más que unos pocos, es posible que desees buscar la ayuda de un psicólogo. En esencia, el narcisismo es un disfraz de un sentimiento de vergüenza profundamente arraigado que quizás ni siquiera sepas que está ahí.

1. Le gusta ser el centro de atención

Las personas narcisistas dominan las conversaciones, se sienten obligados a hablar de sí mismos y exageran sus logros. Embellece sus historias, girándolas para impresionar a la audiencia. Se pintan algo así como el consejero de mayor confianza del jefe, el yogui más flexible de tu clase, el vecino más popular del barrio…

Estas invenciones son fáciles de excusar como pequeñas mentiras piadosas que te ayudan a contar una mejor historia. Pero en realidad tienen un propósito más arriesgado: apuntalar una versión idealizada de si mismo que le distraiga del intolerable miedo de que en realidad no es lo suficientemente bueno.

Sin embargo, al contrario de lo que se piensa, los narcisistas huyen de las redes sociales porque no tienen control sobre ellas.

2. Tiene la costumbre de dar consejos (que nadie le ha pedido)

Claro, la persona con rasgos narcisistas está tratando de ser útil recomendando los mejores restaurantes cerca de ti, o compartiendo su sabiduría sobre la crianza de los hijos.

Pero también está aprovechando una oportunidad para demostrar su conocimiento y perspicacia superiores. Las personas narcisistas siempre están un poco más informados que los demás. Parece que tienen información privilegiada sobre todo.

3. Detesta esperar en la cola

Las personas narcisistas se frustran si alguien no responde a un correo, whatsapp o nota de voz al instante. De alguna manera, sienten que merecen un trato especial. Porque sea lo que sea lo que necesita una persona narcisista, deben satisfacerse ahora.

Quieren el cumplimiento automático porque son así de importantes. Conscientes o no, viven su vida con un sentido de derecho y, para bien o para mal, esperan que el mundo gire a su alrededor.

4. Su ambición no tiene límites

Una cosa es apuntar a las estrellas… y luego trabajar duro para llegar hasta allí, y otra muy distinta es creer que estás destinado a la grandeza. Ese tipo de suposición grandiosa es un síntoma clásico de la personalidad narcisista.

Tienden a creer que son naturalmente especiales, parte de una clase élite que merece solo lo mejor. Fantasean con cuánto más poderosos serán, cuánto más hermosos, cuánto más ricos…

También prefieren relacionarse con otras personas de «alto estatus» y pueden obsesionarse con los símbolos de estatus (desde los zapatos correctos hasta el coche correcto) e incluso menospreciar a cualquiera que no perciban como parte del mismo club exclusivo.

La mentira es uno de los andamios de los narcisistas, pero sus historias son lejanas, difíciles de confirmar.

5. Saben cómo parecer encantadores

Las personas con rasgos narcisistas tienen un don especial para hacer que otras personas se sientan importantes. Sus relaciones probablemente avanzan rápidamente, como los romances de los libros de cuentos.

Pero toda la admiración que sienten por esa persona es parte de un trato tácito: espera que te haga sentir igual de atractivo e inteligente. En el momento en que lo cuestionan o lo critican, la ira se dispara y esa persona pasa «del pedestal al basurero».

6. La persona narcisista es competitiva

En la cosmovisión de un narcisista, hay ganadores y perdedores. Y el narcisista necesita ganar en prácticamente todos los dominios: en la universiada, en la oficina, incluso en la comunidad.

Tienen que hacerse pasar por superiores a los demás, en una búsqueda incesante para demostrar su dominio. El oponente podría ser un extraño o alguien a quien quiere, no importa. Ese impulso compulsivo de llegar a la cima (sin importar quién termine abajo) hace que sea difícil celebrar los éxitos de otras personas, como, por ejemplo, el nuevo ascenso de un amigo, porque en ese momento, alguien más es el «ganador».

7. Es famoso por guardar rencor

Las personas narcisistas parecen muy confiadas, el tipo de persona a la que no le importa una mierda lo que piensen los demás. Sin embargo, se preocupan profundamente por mantener su imagen idealizada de sí mismos y tienen problemas para tolerar cualquier tipo de desaprobación o insulto.

No importa cuán pequeña sea la crítica, la sienten como una gran ofensa, un ataque personal. Y es poco probable que lo olviden.

Hasta el punto de que si se sienten menospreciados o abandonados, no lo superan. En lugar de lidiar con sus sentimientos heridos, se enojan y buscan venganza, de una forma u otra.

8. Nunca es su culpa

Se niegan a rendir cuentas por sus errores y su mal comportamiento. En cambio, le echan la culpa a otra persona. Como creen que siempre hay un ganador y un perdedor, harán lo que sea por ganar, incluso dentro de sus relaciones personales cercanas.

9. Se aprovechan de la gente

Puede que no sea intencional, pero sucede, porque tienden a ver las situaciones en términos de lo que significan para él, y solo para él.

¿La razón? Falta de empatía. La incapacidad para entender el mundo emocional de los demás es la piedra angular del narcisismo y lo que lo hace tan peligroso. Los narcisistas esperan que los demás giren en torno a sus necesidades, pero se niegan a hacer lo mismo por los demás.

Eso significa que para obtener lo que quieren, no tienen miedo de manipular o intimidar a quien se interponga en su camino. Porque al final, siempre se trata de el o ella.

10. Son adictos

Piensa en cómo se siente la gente cuando está drogada: intocable, a prueba de balas, en la cima del mundo… En esencia, es ese mismo sentido de grandiosidad que anhelan los narcisistas.

La euforia puede provenir del alcohol, la cirugía plástica, las compras… no importa. La persona con rasgos narcisistas adicto sigue recurriendo a la droga una y otra vez para tener esa increíble sensación de estar en la cima del mundo.

Cuando el efecto de la droga desaparece, suelen sentir vergüenza. Y cuando la vergüenza se vuelve insoportable, recurre a otra vez la droga.

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