Cuándo ir al psicólogo para comenzar un proceso de psicoterapia es una de esas decisiones difíciles para la mayoría de nosotros.

Es probable que lleves un tiempo sintiéndote mal y no tengas claro si necesitas la ayuda de un profesional, o no sabes a qué psicólogo elegir. Tal vez tengas miedo o vergüenza, no tengas muy claro en qué consiste la terapia psicológica o en qué puede ayudarte un psicólogo con tu problema.

No te preocupes, es normal tener este tipo de pensamientos. Por desgracia, ir al psicólogo sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad a pesar de los grandes beneficios del tratamiento psicológico. Es importante recordar que ir al psicólogo no es un signo de debilidad. Sino un paso significativo hacia el camino del autocuidado y el autoconocimiento. Resolver el malestar emocional y comenzar la metamorfosis personal son sus principales objetivos.

Todos experimentamos estrés, ansiedad, cambios de humor y otras formas de angustia emocional en un momento u otro de nuestras vidas. Y a pesar de que la mayoría de las veces podemos recuperarnos, en otras ocasiones es posible que necesitemos un poco de ayuda adicional.

Cuándo ir al psicólogo es una decisión muy personal. En algunas ocasiones nosotros mismos nos damos cuenta de la necesidad de ir al psicólogo. Sin embargo, en otras ocasiones, las personas que nos rodean son los que nos recomiendan solicitar ayuda a profesional.

Lo qué si es importante es que sea la propia persona la que decida si necesita ir al psicólogo. Porque solo ella conoce su malestar emocional y todo lo que se ha esforzado por sentirse mejor.

La Sociedad Española de Psicología Clínica señala que es recomendable ir al psicólogo cuando el problema que te impide vivir la vida que deseas o te genera sufrimiento. En otras palabras, ir al psicólogo no es solo para personas que sufren trastornos, sino que también está destinada a las personas que quieren crecer o solucionar esos problemas que le están causando malestar emocional.

Qué esperar al ir a terapia por primera vez

Ir al psicólogo y entrar a la consulta o asistir a una sesión de psicología online por primera vez no es algo que resulte fácil. Especialmente cuando nadie te ha contado lo que esperar de estas sesiones. Puede hacerte sentir vulnerable, extraño, incómodo o incluso como un juguete roto que necesita ser arreglado. Si, a la mayoría nos resulta incómodo admitir nuestros miedos, preocupaciones o pensamientos.

Tu primera cita con el psicólogo será muy parecida a una primera cita, pero sin el miedo de que no le gustes a la otra persona. En esta primera sesión, el psicólogo te hará preguntas, muchas preguntas, para saber más sobre ti y tu problema. Por que sí, en terapia tu tienes el papel principal, eres el conductor.

  • El papel del psicólogo es el de ayudarte a desentrañar la bola de confusión, indecisión y dificultad que sostenías al entrar en terapia. Y así, poder navegar por nuevas ideas y comportamientos.

Cuándo ir al Psicólogo: 14 señales para buscar ayuda psicológica

Por lo general, es recomendable ir al psicólogo cuando te das cuenta de que no te sientes bien contigo mismo, que no eres capaz de resolver tus problemas y las emociones desagradables te limitan para hacer lo que verdaderamente quieres hacer.

A continuación te dejo 14 señales de que necesitas buscar ayuda psicológica.

1. Tienes dificultades para regular tus emociones

Si bien todos nos sentimos tristes, ansiosos o enfadados en algún momento de nuestras vidas, es importante prestar atención a la frecuencia o la intensidad con la que sientes estas emociones.

Por ejemplo, en muchas ocasiones la ira es una emoción que suele aparecer en trastornos depresivos. De hecho, en los hombres, la depresión a menudo se pasa por alto porque su mal genio o irritabilidad se asume erróneamente como un rasgo masculino.

Además, la ira incontrolada también puede reflejar sentimientos negativos sobre uno mismo o el mundo, frustración o una respuesta mal regulada al estrés.

2. No desempeñas bien tu trabajo o estudios

La disminución en el rendimiento en el trabajo o en los estudios es un signo común entre quienes luchan con problemas psicológicos o emocionales

Los problemas de salud mental pueden afectar la atención, la concentración, la memoria, la energía. Y pueden acabar en una apatía que mina el disfrute del trabajo o incluso la motivación.

Ir al psicólogo en estos casos puede ayudarte a autorregular tu comportamiento de manera efectiva y aprender formas más adaptables de manejar el estrés a través de la resolución activa de problemas y estrategias de relajación.

3. Sientes que no tienes fuerza de voluntad

Un buen motivo para ir al psicólogo es cuando sientes que no eres capaz de regular tus conductas. Aunque la mayoría de nosotros tenemos claro que hay hábitos que no nos vienen bien (adicciones, peleas, malos hábitos), no conseguimos dejar de hacerlo. Sientes que no tienes suficiente fuerza de voluntad.

Pero, debajo de estos bloqueos, suelen haber causas más complejas (falta de motivación, estrés, causas emocionales, insatisfacción, etc.) que se necesita identificar y tratar.

Otra de las situaciones por las que puedes estar pasando es que, ante una gran fuente de estrés, te sientas bloqueado y tiendas a postergar cambios importantes por miedo, inseguridad, indecisión, etc.

4. Has experimentado un trauma

Aquellos que tienen antecedentes de abuso físico o sexual o algún otro trauma del que no se han recuperado por completo también pueden beneficiarse enormemente de la terapia psicológica.

Situaciones de abuso, maltrato, acoso, violencia, negligencia o abandono son solo algunos ejemplos de casos de trauma. Estas situaciones suelen dejar huella en las personas, y tener una influencias en los comportamientos adultos que es necesario resolver.

5. Ya no disfrutas de las actividades que solías hacer

Las personas que luchan con problemas psicológicos o emocionales, a menudo, se sienten desconectadas o alienadas de la vida. En consecuencia, pierden interés en las cosas que normalmente les encantaba hacer, ya sean hobbies o pasar el tiempo con otras personas. 

6. Cambios o interrupciones en el sueño o el apetito

Los problemas de salud mental pueden tener un impacto profundo en nuestro sueño y apetito. Por ejemplo, una persona que sufre ansiedad puede tener insomnio, mientras que alguien que está muy deprimido puede dormir a todas horas.

De igual modo, algunas personas comen en exceso cuando se sienten estresadas, mientras que otras tienen un nudo en el estómago que les quita el apetito.

Por eso, si notas que ha estado comiendo o durmiendo menos o más de lo habitual durante un período prolongado de tiempo, podría ser el momento de presionar el botón de pausa, evaluar seriamente la situación y pedir cita para ir al psicólogo.

7. Te sientes solo o sola

Por lo general, la soledad sentida y no buscada es fuente de gran sufrimiento. Aunque estar solo puede resultar muy gratificante en ciertos momentos, la realidad es que el ser humano necesita del otro para sentirse bien, de su apoyo y compañía.

Muchas personas que se encuentran físicamente solos pueden sentir tristeza e inseguridad. Otras, se sienten solas aun en presencia de los demás.

También hay personas que conviven con un temor intenso a la soledad. Y aunque tener miedo a la soledad es normal, si ese miedo es limitante en el sentido de quedarnos en relaciones insatisfactorias, o impedirnos estar en un contacto tranquilo con nosotros mismos, puede que sea conveniente revisar esta cuestión.

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8. Estás usando sustancias o alguna conducta perjudicial para sobrellevar la situación

Cuando estamos bajo estrés mental o emocional, recurrimos a cosas que son gratificantes, adormecedoras, distractoras o destructivas para hacer frente al problema. Podemos recurrir se encuentran el consumo de sustancias (drogas, alcohol…) o conductas perjudiciales (apuestas, sexo, relaciones tóxicas…) como mecanismos de afrontamiento. 

A corto plazo, el consumo de sustancias puede ayudar temporalmente a aliviar sentimientos no deseados como desesperanza, ansiedad, irritabilidad y pensamientos negativos. Pero a largo plazo, agrava estas dificultades y, a menudo, conduce al abuso o la dependencia. Además, el uso de sustancias también interfiere con el tratamiento de los trastornos de salud mental. 

9. Tu salud física se ha visto afectada

La salud mental es la gran olvidada. Atendemos más a nuestra salud física y eso es un gran error ya que ambas están conectadas.

El estrés, la ansiedad y la depresión tienen efectos directos e indirectos en nuestra salud física. Directos porque los problemas psicológicos afectan el sistema nervioso central, lo que a su vez tiene un impacto en todos los demás sistemas de salud (endocrino, inmunológico, cardiovascular, cerebrovascular , etc.). Indirectamente están asociados con dolores de cabeza, fatiga, dolores y molestias musculares, mayor reactividad cardiovascular, sistema inmunológico más débil, inflamación crónica…

10. Te sientes inseguro y con la autoestima baja

Los problemas de baja autoestima es uno de los motivos fundamentales para saber cuándo ir al psicólogo. Tienes un mal concepto de ti mismo, te sientes menos que los demás, culpable, avergonzado, incapaz…

También hay personas que tienen miedo a los conflictos o no saben decir que no por miedo al rechazo o al conflicto, por inseguridad o porque no confiamos en nuestro criterio.

Estas situaciones, especialmente si se repiten, puede generar estrés, tensión y podemos ir acumulando enfado con los demás, pero especialmente con nosotros mismos.

11. Tus relaciones no van bien

Nuestra salud mental puede afectar a nuestras relaciones de diversas maneras, como alejarse de sus seres queridos, causar inseguridad en una relación o entrar en una relación dependiente. También es frecuente que las relaciones de pareja no funcionen y eso genere mucho sufrimiento. O, tal vez, no consigas encontrar pareja.

Si a menudo te encuentra en conflicto con los demás o tienes problemas para comunicar tus sentimientos a los demás, la psicología puede ayudarte, y mucho. Igualmente las relaciones familiares, disputas, distanciamientos son asuntos que se trabajan cuando vamos al psicólogo.

12. Atraviesas una crisis personal

En ocasiones podemos encontrarnos con situaciones difíciles que no podemos afrontar por falta de recursos. Una ruptura de pareja, infidelidades, crisis laborales, la muerte de un ser querido… o haber estado sometido a situaciones de gran impacto emocional.

Ante una crisis, las emociones se desbordan y aparece una gran sensación de descontrol sobre lo que nos sucede. En estos casos ir al psicólogo te ayudará a recuperar la estabilidad y reparar el daño emocional.

13. Quieres mejorar pero no sabes por dónde empezar

La terapia puede ayudarte a ser mejor persona, en relación contigo mismo y con los demás. Puede ayudarte a desenredar y comprender mejor las situaciones interpersonales difíciles en las que te encuentras. Porque un psicólogo puede ayudarte a comprender una situación y lo que puedes hacer de manera diferente para producir un mejor resultado.

Además, también puede ayudarte a comprender mejor el punto de vista de los demás para que seas más consciente de tu impacto en los demás. Y dado que un psicólogo es un buscador de patrones, puede señalar los patrones negativos de una persona para que se puedan iniciar otros más positivos. 

14. Desarrollo personal

Ir al psicólogo también es bueno para aprender a tratarte mejor, aceptarte y tratarte con amabilidad y respeto. Si deseas desarrollar la inteligencia emocional o quieres mejorar las habilidades de comunicación, sociales…

También puedes solicitar ayuda en momentos de cambios decisivos e indecisiones que te producen malestar o para incorporar rutinas y disciplinas positivas.

15. Sufres algún trastorno psicológico

Por último, cuando sufrimos un trastorno psicológico o un trastorno de personalidad, ir al psicólogo es más que recomendable. El profesional te ayudará a trabajar tu problema y sus síntomas para que puedas vivir la vida que quieres.

¿Cómo encontrar al Psicólogo adecuado?

La investigación sugiere que la calidad de la relación entre tu psicólogo y tu es un factor básico a tener en cuenta. Por eso es muy importante contar con el profesional adecuado.

A continuación te dejo algunos consejos fáciles para encontrar un buen psicólogo:

  • Pregunta por ahí. Pregunta a las personas de tu confianza si pueden recomendarte a algún psicólogo. 
  • Busque en internet. También puedes buscar online los mejores psicólogos en tu zona o con tu problema en concreto.
  • Haz una entrevista rápida. No tengas miedo de llamar al profesional y hacerle una breve entrevista por teléfono. Al hacer preguntas sobre el horario, la tarifa y la ubicación, puedes familiarizarte con el terapeuta. Busca a alguien que sea cálido, compasivo y altamente competente, ¡ese es el billete ganador!
  • Lee opiniones sobre el profesional. Lee las opiniones que otros pacientes han dejado sobre el profesional. Encontrarás la experiencia de otras personas y podrás hacerte una idea de si es el ideal para ayudarte.
  • Sé claro sobre lo que quieres. Es importante saber que existen muchos tipos diferentes de terapia, incluidos algunos tratamientos bien estudiados como la terapia cognitivo-conductual, la terapia conductual dialéctica, la terapia interpersonal… Por ello es importante que analices el tipo de terapia que trabaja el profesional para ver si es lo que estas buscando.

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