Aunque las parejas comparten, cada vez más, las tareas en el hogar, la planificación, la organización y esa interminable lista de tareas recaen sobre nuestras cabezas. Te contamos qué es la carga mental, cómo saber si lo padeces y algunos consejos para afrontarlo.
¿Qué es la carga mental?
La carga mental es ese sobreesfuerzo que exige una vigilancia constante a nivel mental, emocional e intelectual y que te lleva desgastando desde hace mucho tiempo.
En otras palabras, es la cantidad de esfuerzo mental que supone el procesar información, tomar decisiones y ejecutar las tareas para conseguir un resultado concreto.
Definida así, la carga mental es una pesada mochila llena de pensamientos, recordatorios y tareas por hacer del trabajo, la casa, los niños, la familia, los amigos…
El concepto fue descrito por primera vez por la socióloga Susan Walzer, en 1996, en una investigación que concluía que las mujeres entrevistadas mantenían el entorno doméstico en el plano mental, emocional e intelectual.
La carga mental implica un conjunto de tensiones por:
- Procesamiento de información del entorno a partir de los conocimientos previos.
- Actividad de rememoración.
- Actividad de razonamiento, búsqueda de soluciones.
- Coordinación de ideas, toma de decisiones, etc.
Carga mental mujeres
Según un estudio realizado en España por Procter & Gamble, 3 de cada 4 mujeres sufren carga mental, y casi la mitad de ellas no lo sabe. Entrevistaron a 2.400 personas de entre 25 – 49 años. De ellas, el 84% afirma haber padecido alguna vez estrés debido a las tantísimas cosas que tiene que hacer y en las que tiene que pensar.
Sin embargo, la carga mental también afecta a alrededor de un 12% de los hombres. Sin embargo, en ellos esta carga mental está más relacionada con su ámbito laboral.
Hoy en día la ejecución de las tareas está mejor repartida y compartida entre hombres y mujeres. Sin embargo, el rol organizativo del hogar sigue recayendo mayoritariamente en ellas. La auténtica directora de orquesta.
Según el estudio, un 60% de las mujeres afirman que sus parejas comparten las tareas domésticas, pero que se lo tienen que pedir.
En resumidas cuentas, en la mayoría de los casos, la mujer lleva el piloto automático encendido todo el día y en todos los ámbitos de su vida. Tiene jornada 24/7, día y noche, todo el día, todos los días del año. Por lo que es los datos de que alrededor del 75% de las mujeres sufran carga mental no sorprende.
¿Cuál es la causa?
La carga mental se ve influenciada por la personalidad y otros factores sociales y culturales. Desde la falta implicación de la pareja hasta rasgos de personalidad como perfeccionismo, desconfianza, autoimposición, autoexigencia… sin olvidar la presión social.
7 Señales de carga mental
Cuando la carga de tares es excesiva, aparece la fatiga mental, esto es la disminución de la eficiencia funcional mental y física. Y se manifiesta en:
- Impresión sensorial de cansancio y agotamiento. La sensación es que tienes siempre algo pendiente de hacer y que depende de ti que el hogar funcione.
- Mala relación esfuerzo/resultado, a través de la naturaleza y frecuencia de los errores
- Sensación de que el bienestar de otros depende de ti.
- No hay descanso, no hay vacaciones, no hay bajas, es una responsabilidad constante sin posibilidad de escape.
- Olvidos.
- Irascibilidad.
- Dolores de estómago o de cabeza.
El alcance de estas alteraciones está en parte determinado por las condiciones de la persona.
El agotamiento mental es hasta peor que el físico, es más duradero y se incrusta más. Una cosa es que tu agenda sea llevadera y otra es que todo empiece a crear una carga emocional y que se traduzca en síntomas físicos.
Cómo gestionar la carga mental 10 pasos
¿La carga mental tiene solución? Claro que sí. Visibilizar esta realidad y corresponsabilizar a toda la familia en el funcionamiento del hogar es un primer paso para conseguirlo.
Desde mi experiencia como psicóloga, quiero darte algunas ideas que pueden ayudarte a liberarte de ese pesado equipaje que consume tu salud mental. Ideas que puedes ir incorporando, poco a poco, a tu día a día.
Para que puedas lidiar mejor con esta carga mental y hagas un sitio para ti:
- Toma conciencia de que tienes sobrecarga. El primer paso es siempre darse cuenta de que existe una cierta sobrecarga psicológica a nivel mental, emocional, física y de comportamiento. Para dar con el problema es importante que dediques unos minutos para que cuestiones estás haciéndote cargo y no son tuyas, a las que no estás obligado/a o en las que ni siquiera tienes un margen de influencia.
- ¿Cómo estas manejando esa carga mental? El segundo paso es el de analizar cómo te sientes, cómo la estas transportando y por qué no eres capaz de soltarla. Ten en cuenta que esto es un trabajo personal y que no existen pautas concretas que valgan para todo el mundo.
- Sé amable y justa contigo misma. ¿En qué momento has decidido que eres tú quien tiene que estar preocupada por eso o tomar esa decisión? Aprende a diferenciar entre lo que es cosa tuya o de los demás. No te olvides de ser amable, de no culparte, de entenderte y autoconocerte. Pero esto no quiere decir que haya que caer en el extremo opuesto y ser una rebelde radical o despreocuparse y pasar de todo.
- Comparte tus emociones. Expresar lo que sientes y compartirlo es una forma de liberar la carga mental. Hablar te permitirá destensar el malestar.
- Delega. Repartir las tareas es una de las mejores formas de gestionar la carga mental.
- Comunicación asertiva. Una adecuada comunicación, con asertividad y empatía, será fundamental para solicitar la participación en la gestión de tareas del hogar, la petición de cambios o la expresión de sentimientos. También para negociar y consensuar con nuestra pareja, hijos e hijas, aquellos aspectos que estén generando sobrecarga mental y, por tanto, malestar emocional.
- Organiza por prioridades. Diferenciar entre lo que es importante y lo que no, es un gran paso para aliviar tu carga mental. Relativizar, calibrar adecuadamente la relevancia o la gravedad de los asuntos que están produciéndote sobrecarga, y distinguir también lo que te compete a ti de lo que le compete a los demás.
- Tiempo para ti. De la misma manera que te planteas un montón de obligaciones, también puedes dejar un huequito en tu agenda para distraerte y darle sitio al disfrute: leer, escribir, meditar, compartir un café con amigas…
- Buen comer, dormir y ejercitarte. Llevar una vida ordenada, con hábitos y horarios estructurados y coherentes, que te permitan despejarte por dentro y eviten que uno o dos asuntos estén siempre monopolizando tu estado de ánimo y tu pensamiento.
- Empieza a hacer terapia. Un psicólogo te ayudará a profundizar en las causas y efectos de tu carga mental, y te proporcionará buenas estrategias para afrontarla.
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