Qué hacer cuando los nervios se agarran al estómago

Es posible que hayas escuchado la expresión ‘los nervios se agarran al estómago‘ o incluso la hayas utilizado alguna vez. Aunque esta expresión es coloquial, los síntomas gástricos son una de las manifestaciones más comunes del estrés y de la ansiedad. Especialmente durante la infancia y la adolescencia.

Los nervios pueden manifestarse en diversas partes del cuerpo, y uno de los lugares más comunes es el estómago. Muchas personas experimentan síntomas gástricos cuando están bajo estrés o ansiedad, lo que puede causar molestias y malestar.

A continuación, desde Neurita tu blog de Psicología Online, te contamos qué hacer cuando los nervios se agarran al estómago por ansiedad o estrés.

¿Qué son los ‘nervios en el estómago’?

Que una persona comente que los nervios se agarran al estómago se refiere a una sensación de malestar o dolor en el abdomen que puede ser causada por situaciones de estrés, ansiedad o nerviosismo.

La conexión entre los nervios y el estómago se debe al sistema nervioso entérico, a menudo llamado «segundo cerebro». Y es que la activación del sistema nervioso entérico o sistema nervioso gastrointestinal, que es una red de neuronas presente en el tracto digestivo y que se comunica con el sistema nervioso central.

Este sistema está compuesto por millones de neuronas que se encuentran en el tracto gastrointestinal y se comunica con el cerebro a través del sistema nervioso central. Cuando se produce la activación de este sistema, puede causar contracciones intestinales y la liberación de hormonas, como el cortisol, y neurotransmisores que pueden afectar directamente el funcionamiento del estómago.

Es importante tener en cuenta que, aunque esta sensación a menudo se asocia con el estrés o la ansiedad, también puede ser causada por otros factores, como la alimentación o problemas de salud digestiva.

Si esta sensación persiste o empeora, es recomendable consultar a un profesional médico para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

¿Cómo saber si tengo nervios en el estómago? Síntomas

Los nervios en el estómago pueden manifestarse de diferentes maneras en cada persona. Los síntomas más comunes de los nervios en el estómago incluyen: dolor abdominal, sensación de pesadez en el estómago, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento y gases.

También puede experimentarse una sensación de ardor o acidez estomacal, así como una pérdida de apetito.

Qué hacer cuando los nervios se agarran al estómago

Aunque en muchos casos los ‘nervios en el estómago’ se reducen a sensaciones molestas temporales, es importante destacar que algunas personas pueden experimentar una incapacidad real debido a estos síntomas. Por lo tanto, es crucial explorar cómo evitar llegar a ese punto y manejar eficazmente los nervios que afectan el estómago.

Lo primero, cuando los nervios se agarran al estómago, es dedicar unos minutos a analizar el origen de los nervios para así descartar posibles problemas fiscos. A continuación te dejamos algunas estrategias que pueden ayudarte si sientes que los nervios se agarran al estómago:

1. Identifica y comprende las causas del estrés o ansiedad

Para identificar los desencadenantes de los nervios en el estómago, es fundamental observar detenidamente los momentos en los que aparecen estas sensaciones estomacales como manifestación de la ansiedad. Solo al hacerlo podrás detectar los posibles disparadores de la ansiedad.

¿Estas sensaciones desagradables parecen surgir sin previo aviso en cualquier momento? ¿Se presentan al momento de llegar a clase o al trabajo? ¿O surgen cuando te piden dar una charla frente a un público? ¿Aparecen cuando te preocupas por una situación futura?

Es probable que existan ciertas situaciones, pensamientos u otros estímulos que desencadenen estos nervios en el estómago. Puede ser el trabajo, las relaciones personales, situaciones sociales o cualquier otro factor estresante. Al identificar las causas, podrás tomar medidas específicas para manejarlas.

2. Práctica de técnicas de relajación

Existen diversas técnicas de relajación que pueden ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad. Algunas de ellas incluyen la respiración profunda, la meditación, el mindfulness, el yoga, la visualización guiada y la relajación muscular progresiva. Encuentra la que mejor se adapte a ti y practícala regularmente.

3. Haz ejercicio físico

El ejercicio regular es una excelente forma de reducir el estrés y mejorar el bienestar general. La actividad física libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden ayudar a contrarrestar los efectos negativos del estrés. Encuentra una actividad física que disfrutes y trata de incorporarla en tu rutina diaria.

4. Alimentación equilibrada

Una dieta saludable y equilibrada puede tener un impacto significativo en tu bienestar general, incluyendo la salud del sistema digestivo. Evita los alimentos procesados, grasas saturadas y azúcares refinados, y opta por alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.

5. Apoyo social

No subestimes el poder del apoyo social en la gestión de la ansiedad. Compartir tus preocupaciones con personas de confianza puede brindarte un sentido de apoyo emocional y perspectivas adicionales.

6. Busca ayuda profesional cuando los nervios se agarran al estómago

Para poder trabajar bien la ansiedad, especialmente si es prolongada en el tiempo, lo más recomendable es acudir a un especialista en salud mental que pueda ayudarte a detectar los mecanismos que se activan, cuándo se activan, sus causas, trabajarlas y dotar de recursos para controlarla.

Cuando la ansiedad es intensa, incluso las actividades placenteras se vuelven difíciles, pero posponerlas solo mantendrá los niveles de activación muy altos. Una vez más, observamos la conexión entre las emociones y la salud, y la importancia de abordarlas en todos los niveles. Las emociones tienen un propósito y es la falta de comprensión y rechazo lo que nos causa mayor malestar. Por tanto, es fundamental no ignorarlas.

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