A lo largo de la historia son muchos los grandes manipuladores que han influenciado en sociedades y gobiernos. Hitler, Mussolini, Madoff… Pero, también hay pequeños manipuladores en nuestros círculos sociales que saben responder a la pregunta de: ¿cómo manipular a las personas?
«La manipulación aparece como una necesidad imperiosa de las élites dominadoras con el objetivo de conseguir a través de ella un tipo inauténtico de ‘organización’, con la cual llegue a evitar su contrario, que es la verdadera organización de las masas populares emersas y en emersión«, comentó alguna vez el pedagogo brasileño Paulo Freire.
Qué es la manipulación
La manipulación psicológica implica acciones de distorsión mental y explotación emocional para ejercer el control sobre una persona, con el objetivo de obtener cierto beneficio u objetivo.
A diferencia de la influencia social saludable, un fenómeno habitual en las relaciones constructivas gracias al cual todos ganan, el manipulador emocional se aprovecha de su víctima generando un desequilibrio de poder que utiliza a su favor.
Cuando se establece este tipo de relación, hay un claro “ganador”: el manipulador emocional, y un “perdedor”: su víctima.
No pierdas de vista que los manipuladores son agresores encubiertos que usan su influencia sobre otros para enriquecerse, ascender, disfrutar de beneficios o para evitar un trabajo.
Todos ellos tienen algo en común: son expertos del camuflaje, de la seducción y el engaño. Seres muy dañinos y altamente tóxicos.
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Cómo manipular a las personas: 5 formas de poder
La manipulación ha suscitado tanta curiosidad que varios estudios se han centrado en conocer mejor cómo actúan este tipo de personas y qué estrategias utilizan para embaucar a los demás. Gracias a ellos, hoy sabemos que suelen emplear un patrón de comportamiento similar.
Por ejemplo, hace décadas, los psicólogos John French y Bert Raven (1959) sugirieron que había 5 bases de poder importantes que se pueden utilizar en el trabajo o en otro lugar para influir o manipular a las personas.
Aunque estas 5 formas está diseñadas para comprender mejor el poder de los líderes, saber cómo utilizar estas bases de poder, en el trabajo o en la vida diaria, puede ayudarte a ser más influyente y exitoso.
Pero, lejos de que aprendas a manipular a las personas para obtener un beneficio, con este artículo pretendo que sepas protegerte y detectar la manipulación. Y en todo caso, utilizarlo como una forma positiva de influenciar sobre los demás.
1. El poder del experto
Esta es la base del poder más valioso. Se trata de alguna habilidad especial o una experiencia propia que valoran los demás.
Este es el poder que los profesionales tienen sobre nosotros (médicos, abogados, profesores…). Hacemos lo que nos dicen porque creemos que poseen una cierta habilidad o competencia. Y es cierto que la poseen, tienen estudios, experiencia y son verdaderos expertos en su campo.
Es por eso que en los anuncios de dentífricos los dentistas llevan bata, dando una imagen de autoridad y experto. Aunque, en realidad, pueden ser actores.
Saber usar este poder es la clave para influenciar a los demás, porque la competencia es una fuerza poderosa para el éxito. Sin embargo, es mejor hablar de tu experiencia sin llegar a presumir de esta. La experiencia y la humildad son una combinación poderosa.
2. El poder de la recompensa
Este tipo de poder consiste en dar cosas positivas a los demás, es decir, recompensas: dinero, elogios, gratificaciones… y otras cosas que otros necesitan o quieren.
El dinero es bastante poderoso porque es muy valorado. Sin embargo, se pasa por alto el poder de refuerzo social por ejemplo: haciendo un cumplido, «gracias», con una sonrisa… Es otra forma muy poderosa de influir sobre los demás.
Aunque no sea como manipular a las personas, pues no se obtiene algo tangible, se puede llegar a obtener una valoración positiva hacia nosotros.
Adquiere el hábito de notar cuando los que te rodean se comportan de manera positiva, y darles refuerzo social. Además de hacerles sentir bien a ellos, tú también te sentirás genial.
3. El poder legítimo
Este tipo de influencia aparece asociada a una posición. Se podría decir que es un sinónimo de autoridad. Todos los líderes tienen cierto nivel de poder legítimo, pero es lo que haces con esa autoridad lo que la haga efectiva.
Tener autoridad facilita mucho influenciar o manipular a las personas. Desde políticos, dictadores o grandes pensadores.
4. El poder del referente
Este tipo de poder tiene su base en caer bien, ser admirado y respetado por los demás. Es el poder de las relaciones fuertes, de los líderes carismáticos que atraen e inspiran lealtad, admiración y seguidores.
¿Te suena de algo? Si, los grandes influencers de Instagram. Este tipo de poder lo conocen muy bien las grandes marcas que promocionan sus productos o servicios a través de la imagen de famosos.
Hay dos facetas del poder referente que son importantes para poder influenciar a las personas.
- Ser un modelo positivo, esto es, alguien que otros querrían emular.
- Ser un amigo o un colega de apoyo, es decir, ser un buen oyente, sensible, amable.
5. El poder coercitivo
Este es otro de las formas de influenciar o manipular a las personas. Se trata del poder de castigar y obligar a otros a la acción. Se trata de una base de poder peligroso de manejar. Para utilizar el poder coercitivo eficaz, es mejor ser sutil.
Sin embargo, ocurre más de lo que creemos. Piensa en el dicho de «puño de hierro con guante de seda»: dejar claro que tienes la capacidad de castigar o infligir daño, pero sólo lo utilizas con moderación.
Los Psicólogos John French y Bert Raven lo describen como un poder existente, pero recuerdan que el poder es un potencial. En realidad no tienes que utilizarlo para que sea eficaz, y el poder coercitivo sólo debe utilizarse cuando sea absolutamente necesario.
Sin duda, y bajo mi punto de vista, es el peor poder que se puede utilizar a la hora de influenciar a los demás.
Qué hacer si te están manipulando
Para evitar el conflicto, solemos ceder a las peticiones del otro en contra de nuestro bienestar interior.
La necesidad de que haya paz al precio que sea nos lleva a sentirnos mal, ya que no ponemos límites, no declaramos nuestras necesidades y nos volvemos dependientes de las decisiones y actitudes del otro.
Es importante que no tengas miedo al enfado del otro. El miedo disminuye tu capacidad asertiva de responder sin ser manipulado.
SI vas a la defensiva, expresas al manipulador que estás bajo su influencia, y él o ella se regocijan del poder que tienen sobre ti. Así alimentas a su ego y a que sigua manipulando.
Puedes ser asertivo, comunicar sin atacar y sin ir a la defensiva. Si su relación se basa en una necesidad, en la constante búsqueda de gratificación, intentará que la persona satisfaga sus carencias.
Al relacionarse desde la necesidad, es inevitable que haya expectativas, conflictos, frustración.
Mientras vayas al encuentro del otro desde tus necesidades dependientes, las relaciones seguirán siendo nidos de conflictos, de malentendidos y de manipulación.
Por el contrario, ir al encuentro del otro desde la plenitud de tu ser, te ofrece un vínculo creativo y complementario.
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Fuente
French, John R. P., Jr.; Raven, Bertram (1959). The bases of social power. En Cartwright, Dorwin (Ed), (1959). Studies in social power (pp. 150-167). Oxford, England.
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