Si tú eres de los que dejan las cosas «para luego» esto es para ti.

Todos tenemos períodos de tiempo en los que nos sentimos menos enérgicos y luchamos por encontrar la motivación.

Es normal sentirse así a veces, pero cuando comienza a ser frecuentes o duran más tiempo, podríamos estar procrastinando.

Si te sientes en esta situación, o quieres saber algunos trucos para motivarte, te dejo con estas claves de cómo dejar de procrastinar.

Cómo dejar de procrastinar, di adiós a la pereza

“La procrastinación es como usar una tarjeta de crédito, mucha diversión hasta que llega el recibo de pago” –  Christopher Parker

¿Qué significa la palabra procrastinación?

La palabra procrastinar proviene del latín cras que significa mañana o adelante. Y es precisamente la lógica que tenemos cuando posponemos. Dejamos para luego las cosas, formando un círculo vicioso entre ansiedad y culpa que genera más ansiedad.

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que pospusiste algo? Sin darte cuenta, estas son las etapas que seguiste:

  1. Percibes ansiedad o incomodidad frente a esa actividad «que hay que hacer».
  2. Como reacción lógica, tu cerebro busca aliviar esa sensación con alguna otra tarea. Por eso, te vuelves sumamente productivo en otras actividades (que no son prioridad en ese momento).
  3. Tu cerebro archiva esa tarea «que hay que hacer», como dolorosa y busca más distracciones o alguna razón lógica que explique por qué la aplazaste. Aparecen en ese momento todas las excusas reconfortantes: “mañana será otro día”, “era muy importante contestar ese correo”, “la reunión era inevitable” y un largo etcétera.

Cuando vuelves a recordar esa tarea pendiente te genera culpa o remordimiento y vuelves al punto de partida a modo de círculo vicioso.

Si a veces te sientes vago o improductivo, no eres el único. El 80% de las personas que establecen objetivos de Año Nuevo no logran su objetivo.

 ¿Por qué procrastinamos?

Hay muchas cosas que pueden obstaculizar nuestra productividad y el logro de objetivos, que nos dejan con la sensación de ser un poco perezosos o vagos.

A veces, los obstáculos son situacionales o están relacionados con el tiempo y la oportunidad, mientras que otras veces podemos estar creando los obstáculos con nuestro enfoque, nuestra mentalidad o nuestros métodos.

Los viejos hábitos tardan en morir

Para lograr un progreso real y abandonar nuestros viejos hábitos de procrastinación, es necesario reconocer lo que podría estar influyendo en nuestra incapacidad para alcanzar nuestras metas o que nos hace sentir menos productivos de lo que nos gustaría ser.

Puede que solo sea cuestión de cambiar el enfoque y deshacerse de los viejos e inútiles hábitos que te impiden sentirte productivo, y por lo tanto, alcanzar tus objetivos. Por ejemplo:

  • Marcarse objetivos demasiado grandes o complicados. Todos queremos llegar a la cima, pero podríamos subestimar enormemente cuánto esfuerzo y tiempo lleva llegar allí.  Si nos damos por vencidos después de algunos intentos, no es porque seamos perezosos, sino porque nos hemos dado cuenta de que calculamos mal la cantidad de tiempo y esfuerzo necesarios para alcanzar el objetivo.
  • En busca de la perfección. Cuando trabajamos hacia una meta, esperamos que el camino sea suave y consistente. Pero, en realidad, el camino hacia nuestra meta probablemente estará lleno de giros, vueltas y contratiempos.
  • Hola, soy tu crítico interno. Si el término «perezoso» o «vago» es parte de tu diálogo interno, es probable que tengas un pensamiento negativo y crítico más frecuentemente. Incluso puede que lo utilices como un intento de motivación. Sin embargo, esta voz crítica se centra en todos tus defectos en lugar de las fortalezas y los atributos positivos que podrían ayudarte a avanzar.
  • Escuchar las críticas de los demás.  A medida que aprendemos sobre nosotros mismos y el mundo a través de nuestras experiencias, recibimos comentarios de otros que nos ayudan a dar forma a nuestro autoconcepto. Cuando alguien importante para nosotros nos llama perezosos o vagos en el pasado, puede afectar a cómo nos vemos incluso en la edad adulta.
  • No tener un plan de acción. Cuando encontramos inspiración y nos entusiasmamos con un nuevo objetivo, podemos olvidar la importancia de crear un plan. Nuestra emoción por alcanzar el objetivo puede hacer que nos movamos rápido y con mucha pasión, pero que nos sintamos abrumados y sin sentido.

 Si alguna de estas cosas te resulta familiar, no te preocupes, es más común de lo que crees.

Qué podemos hacer para dejar de procrastinar

Afortunadamente, hay muchos pasos alcanzables que puede tomar para cambiar las cosas o mantenerse en el camino con tus objetivos:

  • Crea objetivos pequeños y alcanzables. Para conquistar la cima de tus objetivos, antes hay que pasar por metas. Para ello, divide ese gran objetivo en objetivos más pequeños. De esta forma conforme se van consiguiendo los pequeños pasos te sentirás más motivado y capaz de continuar escalando. Al considerar el panorama general, recuerda los pasos clave que se necesitarán para llegar allí y anótalos. Si es necesario, divídelos en objetivos aún más pequeños o a corto plazo.
  • Desarrolla un plan de acción. Siéntate contigo mismo para reflexionar sobre tus deseos y metas, teniendo en cuenta esos pasos pequeños y alcanzables que deberás llevar a cabo para llegar allí. Sé realista sobre la cantidad de esfuerzo, tiempo, dinero, ayuda u otros factores involucrados en el cumplimiento de este objetivo. Entrar en el proceso con un plan de acción te ayudará a sentirse más seguro y tranquilo. Además te dará algo a lo que recurrir cuando te sientas desanimado o tenga un revés.
  • Concéntrate en tus fortalezas. Si estás acostumbrado a un crítico interno que se enfoca en tus defectos, encontrarás un gran beneficio al hacer u listado de tus fortalezas.
  • Celebra cada pequeña victoria. Celebrar las victorias de los objetivos pequeños, o incluso al superar contratiempos, puede ayudarte a seguir avanzando en tu plan. El orgullo que experimentamos al cumplir nuestros objetivos puede ayudar a reforzar un diálogo interno más positivo. Experimentamos una mayor autoeficacia con cada logro, lo que puede ayudar a encontrar el éxito a largo plazo.
  • Recluta apoyo. Está bien pedir ayuda en el camino. Prosperamos cuando nos conectamos con personas importantes de una manera positiva y saludable. Permite que esas personas de apoyo sean parte de tu experiencia. Es posible que desees celebrar con ellos los pequeños éxitos del camino o puedes recurrir a ellos en momentos de necesidad, por ejemplo ante un obstáculo. Encontrar tranquilidad y aliento de personas importantes en nuestra vidas puede ayudarnos a desarrollar una mayor capacidad de recuperación.

Si aún no tienes muy claro cómo dejar de procrastinar, te recomiendo este cuaderno práctico de ejercicios para evitar la procrastinación. Con él podrás aprender una serie de técnicas para dejar de postergar aquellas actividades que tienes que hacer. Olvídate de acabarlo todo en el último momento y planifícate mejor para vivir con más tranquilidad.

cómo dejar de procrastinar • Neurita | Blog de Psicología

Dar pequeños pasos hacia un mejor autocuidado, una mayor energía, mejores objetivos y una configuración de límites saludables puede ayudar a dejar de procrastinar en poco tiempo. Priorizar y tomar medidas de acción consistentes son la clave para un cambio a largo plazo, y no hay mejor momento que ahora para dar esos primeros pasos.

Me encantaría saber más de ti: ¿tienes tu propia estrategia para superar la procrastinación? o ¿qué estrategia de las que acabas de leer pondrás en práctica ahora?, nos vemos en los comentarios…

¿Quieres ser el primero en conocer los misterios de la Psicología? Únete a la tribu de Neurita, con la newsletter y disfruta de super contenidos exclusivos.

9 • Neurita | Blog de Psicología