Muchos atletas de élite, empresarios, innovadores e investigadores tienen algunas tendencias hacia el perfeccionismo. Esto no les detiene a la hora de buscar la excelencia.

Sin embargo, mientras que algunos psicólogos describen a los alumnos de alto rendimiento como «perfeccionistas adaptados», otros investigadores declaran que no son verdaderos perfeccionistas.

Los verdaderos perfeccionistas, también llamados perfeccionistas desadaptados, luchan para tener éxito. Su necesidad de perfección dificulta su rendimiento y les impide sentirse «lo suficientemente buenos».

Pero, ¿qué es el perfeccionismo? ¿Cuáles son sus señales o síntomas? Sigue leyendo para descubrirlo.

  • La búsqueda de la excelencia es buena, pero exigir perfección puede ser contraproducente.

¿Qué es el perfeccionismo?

Según la RAE, Perfeccionista [persona] Que tiende a buscar la perfección en lo que hace, de manera que tiende a mejorarlo indefinidamente sin decidirse a considerarlo nunca acabado.

Si ampliamos un poco más este concepto, el perfeccionismo es un rasgo de personalidad que consiste en la creencia de que se puede y se debe alcanzar la perfección.

Estos pensamientos y creencias pueden llegar a ser patológicos cuando cualquier cosa por debajo de ese ideal de perfección es inaceptable. Que es necesario hacer las cosas extraordinariamente bien, sin cometer errores, y que se deben tomar decisiones que no conlleven ningún tipo de equivocación o pérdida.

Además, las personas con rasgos de perfeccionismo se marcan objetivos inalcanzables para él, o poco razonables. Además, se siente inseguro respecto a su valía personal, que determina según su capacidad para cumplir objetivos.

Generalmente el perfeccionista no lo es solo consigo mismo, sino que también suele ser muy exigente con los demás, y esto, como veremos, puede ocasionarle importantes problemas sociales y de pareja.

El perfeccionismo obsesivo suele aparecer asociado a otros rasgos de personalidad como la rigidez mental, es decir, falta de flexibilidad para aceptar otras alternativas; o la responsabilidad excesiva.

Si la persona perfeccionista ya suele experimentar un elevado nivel de malestar emocional en su vida cotidiana, su combinación con estos rasgos de personalidad puede agravar la situación. En algunos casos puede llegar a paralizar.

Círculo vicioso del perfeccionismo 👁‍🗨

En general, una persona perfeccionista está atrapada en un circulo vicioso del que le resulta muy complicado escapar. Este círculo vicioso está lleno de expectativas, frustraciones y amenazas, que se vuelven perjudiciales y, en cierta forma, incontrolable.

  1. Fija metas inalcanzables
  2. Incumplimiento de objetivos imposibles
  3. Auto presión y sensación de fracaso
  4. Reducción de la productividad y la eficacia
  5. Sentimiento de culpa y reducción de la autoestima
  6. Abandono del proyecto
  7. Establecimiento de nuevas metas sobre las que pensar «esta vez si me voy a esforzar»
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¿Ser perfeccionista es malo? 🤔💭

La verdad es que sí… y no. Dependerá de si te ayuda a disfrutar y te hace feliz o te genera tensión y angustia.

Si este perfeccionismo te ayuda a disfrutar y te hace feliz se trata de un perfeccionismo sano, positivo o adaptado. Te permite crecer y desarrollarte en tus actividades para mejorar. Disfrutando del proceso. Es el caso del deportista que hablábamos en la introducción.

Otro ejemplo sería un aficionado a tocar el piano que quiere perfeccionar la técnica porque le encanta tocar ese instrumento. Cometerá errores y aprenderá, aplicará cambios en la posición de las manos… Durante el proceso de aprendizaje disfruta y se siente feliz.

En cambio, si lograr la excelencia te genera tensión y angustia, podríamos estar ante una actitud negativa. Te hace sentir inútil, improductivo, frena tu espontaneidad, te impide divertirte, genera ansiedad o bloqueo.

Este tipo de perfeccionismo se refleja en el cortometraje «El cuento» de Quim Monzó.


Dicho esto, a continuación quiero que conozcas nueve señales de perfeccionismo negativo. De ese que genera malestar y que es necesario atacar con estrategias para que dejen de ser un obstáculo en tu vida.

9 señales de perfeccionismo 🔛

El primer paso para superar esta tendencia hacia la perfección es reconocerlo. Reflexiona si algunas de las manifestaciones habituales del perfeccionismo están presentes en ti.

Estos son nueve señales de que la búsqueda de la excelencia ha cruzado a una necesidad enfermiza de la perfección:

1. El perfeccionista ve los errores como un fracaso

En lugar de ver los errores como una oportunidad para aprender y crecer, las personas perfeccionistas ver los errores son la prueba de que no son lo suficientemente buenos. Responden a errores con una autocrítica dura y los pequeños percances, a menudo, hacen que se sientan derrotados.

2. No pueden celebrar el éxito

Las personas con rasgos de perfeccionismo no se sienten cómodos con las victorias. En lugar de reconocer su talento, para ellos el éxito es cuestión de suerte. En otras ocasiones, continúan criticándose, diciéndose cosas como: «debería haber alcanzado esta meta más rápido«, o «si fuera inteligente no hubiera tenido que trabajar tan duro«.

3. La autoestima depende de los logros

Estas personas con perfeccionismo no se sienten bien con lo que son. Su autoestima se basa únicamente en lo que hacen y lo mucho que logran. Pero como no se sienten lo suficientemente buenos, casi siempre carecen de confianza en sí mismo.

4. Exigen perfección en los demás

Los verdaderos perfeccionistas no sólo esperan la perfección de sí mismos, sino que también lo esperan de los que les rodean, actuando en niveles poco realistas. Sus irreales estándares tan altos y la excesiva retroalimentación crítica causan estragos en sus relaciones.

5. Comorbilidad con otros trastornos

El perfeccionismo está asociada con una variedad de problemas de salud mental, que van desde el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), pasando por trastornos de la alimentación (TCA) y depresión . Algunos estudios indican que el perfeccionismo puede ser un factor de riesgo para el suicidio.

6. Evitan hacer cosas porque puede fallar

Otra característica o señal de perfeccionismo es que estas personas no están interesados ​​en el crecimiento personal. Están más interesados ​​en mostrar sus habilidades actuales, en lugar de aprender otras nuevas. Tienden a elegir actividades menos exigentes en las que son más propensos a tener éxito, en lugar de explorar nuevas oportunidades donde pueden luchar.

7. No están satisfechos con su vida

El intenso miedo al fracaso y la ansiedad sobre el futuro impide a los perfeccionistas sentirse realmente satisfechos con su vida. Investigaciones muestran que las personas perfeccionistas, a menudo, lo hacen bien en ambientes poco exigentes, pero ante molestias cotidianas y eventos estresantes de la vida puede provocar que no sientan satisfacción con la vida.

8. Tardan mucho tiempo en terminar las tareas

Mientras que las personas motivadas son muy trabajadores, completan tareas de manera eficiente, los verdaderos perfeccionistas luchan muy duro para al final no hacer nada. Por ejemplo, pueden estar reescribiendo un correo electrónico una docena de veces para asegurarse de que es perfecto y puede olvidar de la fecha límite, por lo que sus esfuerzos por ser perfecto merma su productividad.

9. Invierten mucha energía en enmascarar sus imperfecciones

Las verdaderas personas perfeccionistas invierten una gran cantidad de energía en enmascarar sus defectos. Les preocupa ser juzgados duramente por los demás, y en un esfuerzo por escapar de dicha sentencia,  trabajan duro para mantener la apariencia de perfección.

Cómo transformar el perfeccionismo en tu aliado

¿Se puede transformar el perfeccionismo en un aliado? La respuesta es que sí, a continuación te dejo algunos consejos para que tu afán de superación y de ser el mejor no sea un obstáculo para conseguir tus metas y objetivos.

  • Identifica los “deberías” que aparecen en tu auto-dialogo. Pueden ser indicadores de creencias irracionales, exigencias absolutistas y rígidas que, de no cumplirse, pueden generar reacciones emocionales negativas y sobredimensionadas. Transfórmalas en preferencias flexibles: Preferiría que… Me gustaría que…
  • Trata de evitar los pensamientos dicotómicos de todo o nada, bueno o malo, perfecto o imperfecto. El tono medio también existe y no tiene que ser gris, el tono medio existe en los colores. Que no sea perfecto no significa que sea malo o no tenga valor. Ten en cuenta que en esta vida todo es mejorable, pero se trata de disfrutar de lo que has hecho, y no de sufrir porque podrías haberlo hecho mejor.
  • Enfócate en lo positivo y no te dejes atrapar por pensamientos catastrofistas.
  • No caigas en las trampas de la sobregeneralización: siempre tengo que ser él o la mejor. Atrévete a desafiar esta exigencia.
  • Organiza y planifica tus metas en pasos o metas más pequeñas. Aumentarán tu percepción de autoeficacia y satisfacción, a la vez que proporciona flexibilidad e indicadores más realistas de tus progresos.
  • Separa las críticas objetivas de tu valoración como persona. No eres lo que haces, y sobre todo lo que haces no es un foto fija, es una película donde las cosas van cambiando, tu las vas cambiando.
  • Trabaja tu tolerancia a la frustración. Los errores son parte natural del crecimiento y del aprendizaje en la vida, nos dan la oportunidad de rectificar y mejorar.
  • Asume el riego de equivocarte: errar es de humanos.
  • Esfuérzate en progresar, no por llegar a la perfección.

Recuerda que, sea cual sea el motivo por el que has desarrollado estas tendencias autoexigentes, el conocimiento de las motivaciones subyacentes a ellas serán un inicio fundamental para reajustar expectativas y promover cambios favorables para el éxito de tus metas y el logro de tu bienestar.

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