Cuando una persona pasa mucho tiempo en las redes sociales o en el mundo digital, su mente y su cerebro se pone en riesgo.

La conexión digital ha brindado una serie de habilidades y ventajas a las personas en la era moderna, pero al mismo tiempo, nos ha llevado a la pérdida o disminución de algunas habilidades que antes eran más prominentes en nuestras vidas.

El consumo frente a la pantalla hace que los procesos cerebrales cambien y los distintos impactos y sobresaturación de información producen una serie de cambios en el cerebro que pueden tener algunos efectos positivos y bastantes efectos negativos.

En positivo nos ofrece una conexión global y tener total acceso a la información.

También ha conseguido que tengamos mayor conocimiento de la tecnología y poder lanzar un mismo mensaje por varios canales de forma simultánea: correo electrónico, chat de redes sociales, WhatsApp, etc. que puede aumentar la línea de nuestra productividad en algunos contextos.

Pero si nos fijamos en cómo influye en nuestro cerebro, tenemos por descubrir algunos efectos negativos que, mantenidos en el tiempo, nos pueden hacer bastante daño.

¿Cómo afecta la tecnología a nuestro cerebro?

La forma en que el cerebro responde a estas experiencias digitales está influenciada por la liberación de ciertas sustancias químicas y la activación de circuitos neuronales específicos.

A continuación, exploraremos algunos de los efectos que esta actividad puede tener en el cerebro:

Nos hace sentir bien

Con el consumo de redes sociales se produce una buena dosis de liberación de dopamina y se activa el sistema de recompensa, esto nos hacen sentir muy bien y es un sentimiento que además pone en alza la demanda de inmediatez de respuesta que nos hace alterar el sentido de la realidad.

Esto nos lleva a buscar repetidamente esa sensación a través del reconocimiento que nos proporcionan las redes sociales con los “Me gusta” o el reconocimiento y apoyo de personas desconocidas y ajenas a tu entorno de vida real.

Nos refuerza el impulso de la búsqueda compulsiva de la gratificación.

Disminuye nuestras habilidades sociales

Nos merma la capacidad de relacionarnos en el cara a cara y disminuyen nuestras habilidades sociales.

Aumenta la relajación

Cuando estamos bajo el influjo directo de las redes sociales o del mundo digital, nos mantenemos en el estado de alerta, nuestra mente no tiene un espacio de relajación que nos haga sentir calma y liberar una neuroquímica adecuada.

Absorbe nuestro tiempo

Las notificaciones, mensajes o interacciones positivas hacen que se dispare el consumo de horas que pasamos conectados en estas plataformas.

Preocupación por si gusta

Por otro lado, para los jóvenes o adultos que pasan demasiado tiempo conectados destaca un efecto negativo: La comparación constante y la preocupación por si el contenido gusta o no, que puede generar un estado de ansiedad y aumentar los niveles de cortisol y potenciar la sensación de estrés.

Afecta a la plasticidad cerebral

Otra de las áreas cerebrales que se ve mermada con el consumo excesivo de las redes sociales y los contenidos digitales es la Plasticidad, el estar expuestos repetida y prolongadamente al medio digital puede producir cambios que afectan a nuestra reorganización y a la capacidad de adaptación a nuevas experiencias, sintiendo una disminución de nuestro autocontrol.

Debilita la concentración, memoria y atención

La conexión digital aumentada, el salto entre aplicaciones y contenidos, afecta a nuestra concentración y nos debilita la capacidad de enfocarnos y concentrarnos en tareas específicas. Esto sucede debido a la rapidez de la información en línea.

Algunos estudios publicados sugieren que el uso excesivo de las redes también afecta a la estructura cerebral en las áreas de la memoria y la atención.

Fatiga informativa

En más detalle, la exposición excesiva y abrumadora a una gran cantidad de información en un corto período de tiempo que nos ofrece el mundo digital hace que tengamos “fatiga informativa”.

Dificultad para procesar la información

La reacción de nuestro cerebro en este entorno nos produce dificultad para procesar la información, filtrarla y tener una idea clara y concisa de la misma. Esta sensación de saturación y confusión, puede también dificultar la comprensión profunda de los temas y la toma de decisiones.

Memoria a largo plazo

Otro de los sistemas cerebrales afectados debido a la gran cantidad de datos que obtenemos de manera rápida y superficial, los impactos de las notificaciones, enlaces y contenidos, es nuestra memoria a largo plazo que se ve limitada en el almacenamiento de la información.

Dificultad en tareas complejas

El esfuerzo mental es muy considerable y ante la sobrecarga de información se reducen nuestros recursos cognitivos y dificulta la realización de tareas complejas y de resolución de problemas, sintiendo una gran fatiga mental.

Esto nos lleva a generar una conducta de búsqueda de lo superficial y rapidez de información, en lugar de profundizar en el conocimiento y ser más reflexivos.

Nos resulta más difícil conectar con nuevas ideas y pensar fuera de lo común., además de sentirnos alterados por buscar la inmediatez en todos los aspectos de nuestra vida.

Mala calidad del sueño

En algunos estudios realizados también se detecta que el consumo de la conexión digital antes de dormir afecta negativamente a la calidad del sueño. La luz azul emitida por la pantalla interfiere en la producción de melatonina.

Es importante destacar que los efectos en el cerebro pueden variar de una persona a otra y dependerán de factores como la cantidad de tiempo dedicado a la actividad digital, el contenido consumido y la motivación detrás del uso de las redes sociales.

Cómo mantener el equilibrio en el uso de las redes sociales

Algunos consejos que puedes tener en cuenta para mantener este equilibrio:

  • Practica el consumo consciente de información.
  • Establece límites en el tiempo de pantalla.
  • Selecciona fuentes confiables y relevantes.
  • Tómate tiempo para reflexionar sobre lo que has aprendido.
  • Mantén tu mente clara y despejada de información en varios momentos del día.

Encontrar un equilibrio y darnos cuenta del uso consciente de la tecnología son fundamentales para mitigar posibles efectos negativos y mantener una relación saludable con el mundo digital.

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Autora: Julia Rodríguez

Braintrainer & Mindset Mentor. Experta en Neurociencia aplicada en la Gestión Emocional y la Salud. Coach, conferenciante y formadora en temas como transformación y Gestión del Cambio, Mindfulness, Thankfulness, Felicidad. Fundadora del método Brain Star Training.

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