¿Existe la Psicología de la Navidad? Es posible que nunca te hayas parado a pensar si hay psicología tras la Navidad… pero sí, la hay.

Cómo tener una feliz navidad según la psicología, el mejor tipo de chocolate, cuando los regalos salen mal y más… Hay tanta psicología intrincada, de las que ni siquiera somos conscientes, cuando se trata de Navidad.

Se presenta como una oportunidad para relajarse, ponerse al día con tu familia, con permiso social para darnos un capricho y, sin embargo, muchos de nosotros quedamos atrapados en la exageración, el estrés y la presión de la Navidad.

La popularidad de las celebraciones sociales como la Navidad se atribuye en parte a la psicología que se encuentra detrás de estas festividades y cómo la mente humana interactúa con los poderes en juego (de los cuales hay muchos).

El aroma flotante del vino caliente, el espumillón brillante y los tonos suaves, pero alegres y sensuales, de las viejas melodías navideñas nos sumergen en un espasmo de tradición, memoria y expectativas. ¿Qué hay realmente detrás de la Navidad y cómo nos afecta tan explícitamente de manera emocional?

En este artículo de Neurita, repasamos algunos estudios de Psicología de la Navidad que te harán ver esta festividad desde otro prisma.

1. ¿Cuál es el mejor tipo de chocolate?

Si nos sentimos infelices en Navidad (¡shock! ¡horror!), ¿quizás un poco de chocolate ayude a rectificar la situación?

Pero, ¿qué elegir para el máximo placer: chocolate normal, chocolate con leche o chocolate negro?

Para obtener la respuesta, recurro al estudio ‘La felicidad del chocolate se somete a más placer’ (Happiness Undergoing More Pleasantness (CHUMP))

Es algo real, y es un ensayo controlado aleatorizado. Lamentablemente, los resultados no fueron concluyentes, por lo que te verás obligado a realizar tu propia investigación.

2. La psicología de cuando los regalos salen mal

Dar y recibir regalos puede ser una situación embarazosa. Asumimos que las personas cercanas a nosotros nos conocen lo suficientemente bien como para conseguirnos buenos regalos.

Sin embargo, cuando llega un mal regalo, la relación puede verse afectada. Pero el kit de la cuestión está en que los hombres y las mujeres parecen tener diferentes mecanismos psicológicos de defensa para hacer frente a los malos regalos.

Esas son las conclusiones dela investigación realizada por Elizabeth W. Dunn en la Universidad de Columbia Británica y sus colegas, publicada en la revista Social Cognition, que sugiere que los hombres y las mujeres reaccionan de manera muy diferente a corto plazo al recibir regalos buenos y malos.

Las mujeres fingen que el regalo es justo lo que siempre han querido, mientras que los hombres son más propensos a decir lo que piensan.

En el otro lado, se nos presiona mucho para encontrar el regalo perfecto. Inconscientemente, ‘el regalo’ refleja el tipo de relación que tenemos con la persona y lo importante que es que le gustemos.

Los estudios muestran que gastar dinero en otras personas puede hacerte más feliz que gastarlo en ti mismo. Si bien gastar dinero puede generar estrés financiero, también puede aumentar la felicidad.

Es importante conocer tus límites económicos al comprar esta temporada. Las investigaciones han demostrado que la mayoría de nosotros preferimos recibir un obsequio que tomó tiempo y esfuerzo en obtener que uno que cuesta mucho. Es la idea lo que cuenta más que el precio.

3. Psicología de la compra en Navidad

El subidón de dopamina de las compras no es solo para la época de Navidad, sino que ciertamente tiene una forma de amplificarse a medida que nos abrimos paso a través de una larga y persistente lista de deseos navideños. 

La dopamina es un neurotransmisor que nos da una sensación de placer. Cuando nos emocionamos por comprar algo, el regalo perfecto, encontrar el outfit para la fiesta, imaginar las reacciones de los demás, liberamos dopamina. 

Queremos sentir placer y estamos más inclinados a comprar artículos que creemos que aumentarán nuestra felicidad. Sin embargo, estas decisiones se toman más por impulso, influenciadas por el entorno de compras y alimentadas por el aumento de dopamina en ese momento.

El marketing inteligente tiene una forma de aumentar ese golpe de dopamina con la promesa de ofertas especiales, packaging de temporada y aprovechar la teoría de la «escasez» con «una presión para comprar».

Según este estudio, la música navideña interactúa con los aromas navideños para impulsar nuestra actitud hacia las tiendas y aumentar nuestra probabilidad de visitarlas.

Pero hay mucho más. El calor de las tiendas que contrasta con el frío exterior, los olores, la música, las luces navideñas y el hacinamiento abruman nuestro procesamiento cognitivo, lo que afecta nuestra toma de decisiones. Nuestros cerebros no piensan racionalmente cuando estamos bajo estrés. Es más probable que compremos con prisa, sin pensar.

4. ¡No des dinero!

Y hablando de malos regalos, este estudio encuentra que probablemente el dinero es un mal regalo. Quizás porque no puedes enviar un mensaje significativo y parece enviar más bien un mensaje equivocado sobre las diferencias de estatus. Tal vez por eso parece correcto dar dinero a los niños, pero no a los adultos.

5. Psicología de las Tradiciones

Si bien somos individuos autónomos con nuestros propios estados de ánimo, experiencias y comportamientos, somos criaturas sociales. Somos miembros de grupos que dan forma a nuestra cultura, creencias y tradiciones y nos brindan aceptación psicológica y pertenencia. 

Esto puede hacernos sentir aún más presionados para ajustarnos a las expectativas del período navideño, ya que nuestro cerebro ya tiene un guion de nuestros sentimientos y experiencias de las festividades anteriores.

Somos criaturas de hábitos y favorecemos lo familiar, especialmente en tiempos de cambio. Nuestros cerebros procesan automáticamente el mundo que nos rodea, formando nuestros sesgos cognitivos. 

Recuerda todo el día, todos los días, nuestro cerebro está construyendo nuestra realidad emocional. Nos llama la nostalgia de las tradiciones, la misma música, las mismas películas, la decoración y la comida. 

Siempre mantendremos algunas de nuestras tradiciones, ya que dejarlas ir es como dejar ir una parte de nuestra identidad.

6. ¿Qué dicen tus decoraciones sobre ti?

La investigación en psicología de la Navidad sugiere que las decoraciones en el exterior de una casa hacen que otras personas piensen que eres más sociable y quizás más integrado con la comunidad y con las actividades sociales.

7. Psicología de Fomo

Las redes sociales han aumentado nuestro miedo a perdernos algo (FOMO) que muchos de nosotros experimentamos en esta época del año. 

FOMO es la percepción de que otras personas son más felices y se divierten más que tú. Afecta la autoestima, dejándote con una sensación de envidia, sensación de exclusión y autocrítica cuando comparas tu vida con los aspectos más destacados de la personalidad de otra persona en las redes sociales. 

Todos queremos experimentar el ‘verdadero significado de la Navidad’, lo que implica que hay un ideal al que tenemos que ajustarnos. 

Los especialistas en marketing nos venden esta ideología mucho antes de Navidad. Piensa en tu anuncio navideño favorito. Fue creado para impactar psicológicamente tu sentido de la nostalgia y vender la magia de la Navidad.

Sintoniza cómo te sientes para manejar mejor la abrumación, reduce tu consumo de redes sociales para reducir los comportamientos comparativos.

Recuerda que la gratitud proviene del pensamiento en lugar de la etiqueta del precio, y recuerda que está bien decir no a algunas invitaciones sociales. Mira dónde puedes cambiar FOMO a JOMO, la alegría de perderse.