El autoconocimiento se define como la capacidad de conectar con los pensamientos, sentimientos y actos propios. De esta forma, implica tener claras nuestras fortalezas y debilidades. Por desgracia, para algunas personas responder a la pregunta ¿quién soy? resulta un verdadero desafío.

En este sentido, el diseño humano se presenta como una herramienta infalible a la hora de establecer una conexión con el verdadero yo y tomar decisiones a partir de un “arquetipo” que ofrece las pautas en función de la energía y singularidad personal.

¿Qué es exactamente el diseño humano?

Básicamente, hablamos de una herramienta de autodescubrimiento que combina diferentes disciplinas ancestrales y ciencias modernas, que tiene como finalidad contribuir al entendimiento de la naturaleza humana y su psicología. Por ello, deja al descubierto nuestras singularidades y talentos innatos.

El cálculo del diseño humano se hace a partir de las coordenadas de nacimiento temporales y geográficas de cada persona. De acuerdo a la fecha, hora y lugar en el que nació, se genera una imagen gráfica que refleja la estructura de su personalidad consciente e inconsciente.

De esta forma, la información obtenida es empírica y comprobable, nada relacionado con las técnicas de análisis que se basan en interpretaciones o métodos de adivinación.

9 Centros conectados

En el sistema del diseño humano, existen 9 Centros que representan puntos energéticos, con características y funciones concretas, estos son:

  • Centro de presión: el Centro Cabeza tiene la función de presionar al ajna, influye en la inspiración mental y busca responder las grandes preguntas de la vida.
  • Centro de conciencia: denominado Centro Anja, está asociado al pensamiento y la habilidad de analizar y conceptualizar.
  • Centro de expresión: el Centro Garganta es el encargado de convertir la energía en movimiento, de esta manera, los pensamientos se vuelven palabras.
  • Centro de identidad: el Centro G/Ser representa la brújula que direcciona nuestros pasos y que define nuestra identidad.
  • Centro de motivación: conocido como Centro Ego, es el que define el valor propio, ya que rige la voluntad y la autoestima.
  • Centro de conciencia: el Centro Bazo está vinculado a la conciencia más antigua, refleja desde el gusto, hasta los instintos y la intuición.
  • Centro emocional: denominado Centro Plexo Solar, está vinculado al proceso emocional y el sentir.
  • Centro vital: conocido como Centro Sacral, es la fuente principal de energía, tiene influencia en la vitalidad y la energía para trabajar.
  • Centro del estrés: el Centro Raíz ejerce presión y presiona hacia la acción.

En la imagen gráfica del diseño humano vamos a encontrar algunos centros pintados y otros en blanco. Los primeros corresponden a las partes definidas, fiables y consistentes de la personalidad, mientras que los segundos, representan a las más vulnerables a los factores externos.

Tipos de diseño humano

De acuerdo a este sistema, la combinación de centros y canales genera cuatro diferentes tipos de diseños, cada uno con biodinámicas propias y cualidades muy bien definidas:

  • Generador: es el tipo de diseño humano presente en el 70% de la población. Esta clase de personas se caracteriza por tener un centro motor, sin embargo, está desconectado del Centro de Expresión, de esta manera, la salida de su energía depende de que estén en contacto con personas que sí tengan la conexión.
  • Proyector: representa el 20% de la población. Hablamos de personalidades que al no tener el sacral activado y además poseer un aura penetradora, suelen servir de guía a quienes necesitan ayuda para direccionar sus energías.
  • Manifestador: se presentan en apenas el 9% de la población, e implica que la personalidad tiene uno de sus centros motores conectado al Centro de Expresión. En este sentido, son capaces de movilizar su energía sin restricciones, en el momento que lo deseen.
  • Reflector: solo se evidencia en el 1% de la población, estas personas no tienen definido ninguno de sus centros, quedando completamente vulnerables a reflejar las personalidades de quienes lo rodean. Si bien en entornos adecuados pueden vivir en armonía, corren especial riesgo en ambientes tóxicos, ya que suelen amplificar las emociones y el estado físico-mental de los demás.