Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sentido frustración. Según la Psicóloga Patricia Mediavilla, es una sensación de desilusión o decepción que surge cuando nuestros objetivos, deseos o expectativas no se cumplen.

Puede ser desencadenada por diversos motivos, como la falta de habilidades, la falta de recursos para afrontar un reto, la competencia con otros, el cambio de circunstancias, entre otros. Sin embargo, aunque la frustración es una experiencia desagradable, es una emoción natural y saludable que nos permite desarrollar resiliencia y adaptación a los desafíos de la vida.

En este artículo exploraremos en profundidad qué es la frustración, sus causas y cómo puede afectar nuestra salud mental. Además, analizaremos algunas técnicas y estrategias para gestionar la frustración de manera efectiva y saludable.

¿Qué es la frustración?

La frustración es una experiencia emocional desagradable que surge cuando nos encontramos con obstáculos que nos impiden lograr nuestros objetivos o satisfacer nuestras necesidades. Es una emoción natural y común, pero si no se gestiona bien, puede provocar reacciones como ira, ansiedad o disforia, entre otros problemas.

Causas de a frustración

Existen diferentes elementos o factores que pueden contribuir a la aparición de la frustración, ya sea de forma directa o acumulativa, que se va generando poco a poco en nuestro interior. Entre las causas que pueden generar malestar en una persona se encuentran:

  • El carácter: algunas personas pueden tener un temperamento más propenso a la frustración que otras.
  • El entorno social: en la sociedad occidental, la frustración es una emoción común y más frecuente que en otras culturas.
  • Dificultades para expresar e identificar las emociones, lo que dificulta la gestión adecuada de situaciones desagradables.
  • Déficits en el autocontrol emocional.

Por otro lado, la causa puede ser interna o externa. Interna cuando la persona tiene objetivos contrapuestos que interfieren entre sí, lo que genera una disonancia cognitiva. Y externa cuando las condiciones fuera del individuo impiden el logro de un objetivo, como un camino bloqueado o una tarea difícil.

¿Cómo gestionar la frustración?

La frustración puede ser una experiencia desagradable, pero es importante aprender a manejarla adecuadamente para evitar que se convierta en un problema de salud mental.

Sin embargo, es importante tener una buena actitud y comprender que se trata de una sensación temporal que puede revertirse. Es necesario ser consciente del factor externo que ha causado la frustración y cómo te hace sentir.

Aprender a aceptar nuestras limitaciones, desarrollar habilidades de resolución de problemas y buscar apoyo social son algunas estrategias efectivas para gestionar la frustración de manera saludable.

También puedes dar un paseo, hacer ejercicio o practicar meditación, lo cual ayuda a calmar la ira a corto plazo. Sin embargo, a largo plazo es necesario contar con ayuda de un psicólogo para redistribuir las ideas y las expectativas.

Es importante saber que no siempre lograrás alcanzar tus deseos. Evita caer en la autocompasión, resulta mucho más útil buscar alternativas para avanzar. Y recuerda que es esencial analizar por qué no has logrado el objetivo y cómo puedes mejorar en el futuro.

Por último, celebra cada logro, incluso si parece pequeño e insignificante. Los pequeños avances pueden tener un gran impacto en nuestro progreso hacia nuestras metas.

Consecuencias de la frustración mal gestionada

Cuando una persona experimenta frustración, puede reaccionar con sentimientos de ira y, si esta emoción persiste en el tiempo, puede dar lugar a problemas de ansiedad y otros trastornos que deben ser abordados por un profesional de la salud mental.

Por otro lado, hay personas con baja tolerancia a la frustración que presentan ciertas características como dificultad para controlar sus emociones, predisposición a desarrollar ansiedad o depresión, y baja flexibilidad.

Estas personas se desmotivan fácilmente ante los obstáculos y pueden recurrir al chantaje emocional si no consiguen lo que desean.